Es importante tener una conciencia ecológica, pero lo primero que debemos hacer para contar con ella es darnos cuenta de qué es la naturaleza en realidad.
En el mundo hay mucha gente que desea hacer algo por la Tierra, por la naturaleza, los animales, etcétera, pero las campañas ecologistas no pueden ganar esta lucha solas, necesitan de la cooperación de todos nosotros.
Por ello es crucial destacar que para que esto se logre es necesario concientizar nuestros actos y tener una verdadera voluntad de cambiar en algo las injusticias que cometemos.
En ese instante lo único que tenemos que pensar es en la naturaleza, en su verdadera relevancia, en lo que ha sido desde el inicio de los tiempos.
Lo más importante será que no la veamos como nos han enseñado en la escuela o como nos la han presentado como un simple objeto satisfactor, sino que debemos encontrar en nuestro ser su verdadero significado.
Para que podamos cambiar nuestros malos hábitos y darle al medio ambiente la importancia que tiene es necesario que nos demos cuenta de que la naturaleza no es solo un satisfactor más.
Debemos sentir con el corazón que no se trata de un objeto, que cada elemento de la naturaleza (animales, plantas, mares, montañas, etcétera) es realmente valioso y que merece recibir amor, pero que sobre todo debe ser respetado. La naturaleza también necesita del respeto para desarrollarse en armonía y para evolucionar con felicidad, igual que nosotros.
Por ello es preciso que detengamos nuestra crueldad y que nos sensibilicemos para que nuestra mente deje de ser indiferente ante la verdadera realidad, ante esa realidad que en estos momentos nos grita «¡Deténganse, por favor!».
Debemos de ver que son seres que necesitan recibir y dar amor, que piden respeto, que desean desarrollarse libremente.
Todos los seres de la Madre Naturaleza tienen la necesidad de comunicarse de corazón a corazón con nosotros para que podamos entender quiénes son en realidad.
Buscan demostrar que son capaces de darnos amor a pesar del daño que les causamos día a día. A pesar de todo, lo que más desean es que les brindemos la oportunidad de enseñarnos que sienten al igual que nosotros.
Ellos son parte importante para el desarrollo del universo, pero principalmente para el desarrollo de nuestro corazón.
Un paso fundamental será poner de lado las divisiones entre lo animal, lo vegetal o lo humano. Es hora de que dejemos atrás todo lo que nos han impuesto en ese sentido y que ahora nos hace actuar de forma equivocada, alejada del amor.
Somos una sola creación en la que no existen estas divisiones que hemos creado y al darnos cuenta de esto seremos capaces de descubrir la verdadera esencia de nuestros hermanos, quienes a cada segundo nos regalan la enseñanza de vivir con y para el amor.
Flora Rocha
Fundación Sabiduría del Corazón