De ascendencia occitana, Lucía de la Marca se convirtió en condesa de Pallars Sobirà cuando contrajo matrimonio con Artal I. Esta alianza culminaba la estrategia del conde Ramón Berenguer I de Barcelona a fin de asegurarse la complicidad de los condados catalanes después del escándalo generado por su unión con la hermana de Lucía, Almodis de la Marca. El incidente es bastante conocido: Ramón Berenguer I, casado por aquel entonces con Blanca de Narbona, hizo raptar en el año 1052 a Almodis de la Marca, casada a su vez con el conde Poncio III de Tolosa. El malestar de algunos condes fue notable, especialmente el de la condesa abuela Ermesenda, que llegó a conseguir la excomunión de la pareja. El conflicto no se resolvió hasta el 1057.
Con la muerte del conde Artal I en el año 1081, Lucía asumió el gobierno del condado junto con uno de sus hijos, Artal II. Esta participación activa de una mujer en el gobierno no es un caso aislado, sino que es equiparable al rol que desarrollaron su misma hermana Almodis y la condesa Ermesenda de Carcasona.
En efecto, los derechos y la capacidad de actuación de que disfrutaban las mujeres de clase alta en Cataluña, tanto en la vida social y doméstica como en el terreno político, fueron posibles gracias al vigor de la traducción jurídica hispanovisigótica, que impidió la entrada de la legislación carolingia en los condados fronterizos. Así se entienden hábitos como el usufructo de los bienes del marido difunto por parte de las viudas, el reparto equitativo de la herencia paterna entre los hijos, independientemente de su sexo, y la asignación de la décima parte de los bienes del marido a su mujer a raíz del matrimonio.
Esta situación de privilegio explica la importante presencia pública de Lucía de la Marca, de la que, por otra parte, es testigo la abundante documentación existente. Por ello, no resulta arriesgado identificar la figura femenina que aparece en los frescos de Sant Pere del Burgal con la condesa; estos frescos se realizaron en el periodo que siguió a la muerte del conde Artal I, justo el momento más activo de la condesa en el gobierno de la ciudad.
Fuente: Gencat
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